Entre los personajes, algunos son tipos fijos, animados por la maestría shakesperiana, como el duque de Orsino, enamorado del amor, lánguido y zalamero, el clásico "dolido", o la condesa Olivia, también una sentimental, que toma actitudes de hermana inconsolable y cede al primer estremecimiento de simpatía. También son tipos fijos sir Andrew, sir Toby, el bufón y, en cierto sentido, Malvolio, que gustó tanto en el siglo XVII que Carlos I lo anotaba en su ejemplar como el carácter más importante del drama; pero la figura de Viola es la gran creación de esta obra shakesperiana.
“¿Soy yo?
¿Eres tú?
¿No es un engaño?
¿No es un sueño?”
“¿Soy yo?
¿Eres tú?
¿No es un engaño?
¿No es un sueño?”
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